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Texto del libro 'Lembranzas e Pantasias'

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JAVIER MAZORRA

   
 

         

                SIMETRÍAS ASIMÉTRICAS

 

                 Si en la primera edición de “Lembranzas e Pantasías” Roberto González Fernández se había inspirado directamente en la obra literaria de su madre para realizar una serie de 15 dibujos que acompañaban algunos de esos cuentos y pensamientos (solo 6 fueron incluidos), treinta años más tarde esas mismas imágenes le sirven como punto de partida para un proyecto mucho más complejo y personal. Esas ilustraciones se han transformado en elementos catalizadores de un proceso narrativo plagado de sueños y pesadillas donde RGF recupera docenas de personajes y situaciones que aparecieron a lo largo de su extensísima obra y que ahora cobran vida propia.

Como si se tratase de un insólito  laboratorio experimental donde todo es posible, a lo largo de treinta y seis obras, se van mezclando historias, creando emociones, planteando nuevas soluciones compositivas, y probando diferentes texturas, a través de extraños collages digitales, cargados de elementos disonantes.  

RGF parece sentirse absolutamente libre para seguir profundizando  por caminos que parecían agotados pero que de pronto las nuevas tecnologías han vuelto a abrir. Las únicas limitaciones que se ha impuesto son: respetar un formato común y la inclusión de una palabra del título de cada texto, escogida como referencia, sin ninguna intencionalidad. Por otra parte lo que une toda la serie es una composición perfectamente simétrica que recuerda las manchas de Rocha que utilizan los psicólogos para conocer nuestros secretos más escondidos, pero también aquellos primeros dibujos eróticos de RGF, de principios de los setenta, donde los personajes se desdoblaban al mirarse en un espejo. Ahora las situaciones son mucho más complejas, introduciendo   variaciones en una de las partes de manera que el conjunto forma un caleidoscopio tan incongruente como fascinante que podríamos definir como simetría asimétrica.

En una misma imagen se superponen fragmentos de litografías, con dibujos a modo de tatuajes, esbozos o grafittis, todo ello digitalizado y manipulado en un PC. No se echan en falta muchas de sus imágenes fetiche como el edificio Chrysler, esta vez emparejado con la coruñesa Torre de Hércules; Orestes, con nuevos tatuajes; los árboles de Regent Gardens, en un reencontrado “paraíso”; o manos y brazos que  se van multiplicando para seguir, en un juego sin principio ni final, uniendo y separando destinos. Tampoco abandona sus autorretratos que surgen ahora en medio de nuevas historias y acompañados de otros personajes y objetos rescatados del tiempo.

Desde un punto de vista formal la serie  se presenta de dos maneras distintas: una editada en papel  donde cada imagen aparece tal como ha sido concebida y otra muy distinta incluida en el libro de Maruxa Fernández. En esta última cada imagen se ha dividido en dos partes contrapuestas que aparecen a uno y otro lado de una misma hoja.

Todo este proyecto ha sido realizado de forma digital, siendo reflejo de la estrecha relación que RGF tiene desde hace unos años con este medio. Su página web se ha transformado en un diario, su cuaderno de notas, su archivo, su taller e incluso su espacio expositivo favorito. De alguna forma todas sus experiencias plásticas, sea cual sea la técnica utilizada en un primer momento, se convierten en elementos digitalizados que se pueden reciclar de forma infinita.